Caspar David Friedrich


Junto a Goya, Delacroix, Turner o Constable. Caspar David Friedrich es el máximo representante del Romanticismo en Alemania, y uno de los más importantes pintores de la época en Europa

Nacido en la pequeña ciudad portuaria y universitaria de Greifswald el 5 de septiembre de 1774 ,lo que caracterizó mas a este artista fue su prolifera producción de dibujos en multitud de formatos y materilaes,cuadernos de viaje, hojas,a pluma o a lapiz

 Eran dibujos preparatorios de tipo constructivistas para obras deinitivas.Friedrich al igual que sus contemporanes y sobre todo Turner y Constable, amaba la naturaleza que la veian como la madre de toda inspiración y creación artitistica. De ahí sus dibujos tan exquisitamente realizados y con anoataciones para rememorar ese intante magico que le proporcionba las imagenes de la misma.
Su género preferido fue el paisaje y, dentro de él, los temas montañosos y marinos.La obra de Friedrich tiene sus refrentes en pintores de paisajes «cósmicos» o «sublimes», como Durero o Adam Elsheimer. En efecto, los pintores centroeuropeos tendieron a pintar inmensos paisajes con montañas altas, pendientes escarpadas, enormes cielos..., en los que el hombre se sentía perdido. Igualmente, hay rasgos en la pintura de Friedrich que ya estaban en las vedute del siglo precedente: el espectador en primer término, destacando sobre el paisaje del fondo, y el interés por paisajes solitarios y majestuosos, como el mar o las montañas.


Sin embargo, a diferencia de paisajistas anteriores, se inspiró en los paisajes reales que conoció, algunos de ellos hasta entonces prácticamente desconocidosEsto dotó a su obra de un realismo hasta entonces inédito. Eligió, además, algunos puntos de vista que no abundaban antes en la pintura paisajística, como las cimas de la montaña o las orillas del mar.
No obstante, en su obra es importante la composición. Aunque muchos cuadros son una imagen precisa de la realidad, son una cuidadosa composición de diferentes elementos, que Friedrich había guardado en su libro de esbozos.
No seguía la tendencia artística italiana ni a los antiguos maestros. A su juicio, el arte debía mediar entre las dos obras de Dios, los humanos y la Naturaleza. Con este punto de vista se acerca a las bellezas naturales, en cuya representación procesó tendencias y sentimientos. Sus obras no son, por lo tanto, imágenes de la Naturaleza, sino de un sentimiento metafísico, inaprensible.
El primer plano y el fondo, separados a menudo por un abismo, se relacionan entre sí.
El espíritu que domina la obra de Friedrich es radicalmente romántico: abundan las escenas a la luz de la luna, espacios gélidos (mar de hielo, campos helados), las noches, paisajes montañosos y agrestes. Cuando incluye elementos humanos, suelen ser de carácter sombrío, como cementerios o ruinas góticas. Una y otra vez aparecen elementos religiosos, como crucifijos o iglesias.

Pobló sus paisajes de seres humanos contemporáneos, pertenecientes en general a la burguesía. Estas figuras, a partir de 1807, suelen aparecer de espaldas al espectador, ocultando la cara, y en alguna de ellas se reconoce al propio Friedrich. Suelen estar ubicados céntricamente en el cuadro, de manera que cubren el punto de fuga. Con este recurso, el artista señala que el «sentimiento», la auténtica humanización, se encuentra en la Naturaleza. Al mismo tiempo, esto permite que el espectador no se distraiga con la fisonomía de este personaje anónimo, sino que se identifique con él. Finalmente, de esta manera logra una metáfora visual de la disolución del individuo en el «todo» cósmico.

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